Los responsables de las empresas se enfrentan continuamente a problemas y cuestiones de toda índole para sacar adelante sus negocios. Aunque si hay uno que siempre deben tener presente y este es el contar con un plan de continuidad del negocio.
Cuando la actividad de una empresa sufre una interrupción, se detiene la generación de ingresos, lo que puede desembocar en su desaparición. Quizás por ello en el Barómetro Allianz Risk 2023 ocupa la segunda posición entre los mayores riesgos a los que se enfrenta una organización a nivel mundial, con el mismo porcentaje (34%) que el primero: los ciberincidentes. Estas cifras son aún mayores en España, donde los incidentes cibernéticos ocupan la primera posición con un 50% y la interrupción del negocio la segunda con un 45%.
Necesidad de un Plan de Continuidad de Negocio
Teniendo en cuenta tales porcentajes, parece claro que los negocios han de tomar medidas que eviten cualquier tipo de interrupción. Desde el documento “Continuidad de negocio. Políticas de seguridad para la pyme”, el Instituto Nacional de Seguridad (INCIBE) apunta lo siguiente: “Es imposible garantizar la seguridad total por lo que las empresas deben estar preparadas para protegerse ante un posible desastre que pudiera paralizar su actividad. Hoy en día la información es un activo esencial en cualquier organización, y los sistemas de información se apoyan en tecnologías complejas y novedosas que también están expuestas a amenazas de seguridad. Por todo ello, es conveniente tener elaboradas unas pautas que indiquen cómo actuar en caso de que haya un fallo que comprometa la continuidad del negocio de nuestra empresa”.
4 consecuencias de no tener un plan de continuidad de negocio
Pero, ¿cuáles son los riesgos de no disponer de un plan de continuidad de negocio? ¿Cómo afecta una interrupción de la actividad a las empresas?
- Desciende la productividad. La inactividad repentina provoca que los empleados no lleven a cabo sus tareas habituales.
- Pérdida de reputación. Cuando los socios comerciales o los clientes no pueden interactuar con una empresa debido a una interrupción en su actividad, aumenta el nivel de insatisfacción. Además, la reputación, el prestigio y la confianza disminuyen.
- Pérdidas financieras. La consecuencia más obvia de una interrupción en la continuidad del negocio es el descenso de los ingresos.
- Problemas de seguridad. Los ciberataques son uno de los mayores peligros para la continuidad del negocio. Esto significa que además de sufrir una caída en el rendimiento, también se puede exponer información confidencial tanto propia como de los clientes.
Beneficios de un plan de continuidad de negocio
Después de exponer algunas de las consecuencias de no tener un plan de continuidad de negocio, resulta más sencillo explicar los beneficios que aporta a las empresas, sean del tamaño que sean. Y es que no importa el tipo de negocio, ya que la inactividad afecta a todos por igual.
En cuanto a las ventajas de un plan de continuidad de negocio, podemos destacar las siguientes, aunque todas ellas se podrían resumir en la capacidad de resiliencia ante cualquier tipo de incidente:
- Mayor conocimiento de la organización. El análisis de los posibles riesgos y el diseño de una estrategia de continuidad ante cualquier incidente proporcionan un conocimiento mayor sobre la propia empresa; un aspecto que puede aprovecharse para mejorar su funcionamiento y realizar una planificación adecuada.
- Previsión de eventos inesperado Contar con este plan prepara a la organización para hacer frente a una interrupción en su actividad. Es más, permite adelantarse a numerosos incidentes antes de que ocurran y afecten al negocio.
- Pérdidas minimizadas. Como se puede adivinar, si se evita una interrupción, las posibles pérdidas resultan menores –e incluso inexistentes–.
- Evitar penalizaciones. En caso de que el negocio consista en proveer un servicio o un producto y la interrupción no permita que eso ocurra, se podría incurrir en penalizaciones por incumplimiento del contrato.
- Mantener y aumentar el prestigio. Del mismo modo que una interrupción puede provocar la pérdida de reputación, contar con un plan de continuidad de negocio la incrementará.
Pasos para implementar un plan óptimo
Cuando una empresa decide implementar un plan de continuidad de negocio, necesita contar con el apoyo y la ayuda de profesionales expertos. No en vano, son cinco los pasos que conforman el proceso y deben darse correctamente para que la estrategia sea eficaz.
- El primero de ellos es el análisis del impacto al negocio. Consiste en identificar procesos críticos, priorizar procesos, determinar impactos y calcular los tiempos de recuperación.
- A continuación se lleva a cabo el análisis de riesgos: desde su identificación y su evaluación, hasta definir cómo se van a tratar.
- El tercer paso es seleccionar la estrategia después de identificar los recursos y tener en cuenta los costes y los beneficios.
- En el siguiente escalón encontramos el desarrollo de planes y procedimientos. Será esencial preparar al equipo, realizar la documentación inicial del plan y ordenar los procedimientos.
- Finalmente, es el momento del mantenimiento y las pruebas.
En definitiva, estos planes no solo protegen a las empresas de una posible interrupción, sino que además permiten mejorar la gestión de los procesos y, por consiguiente, su funcionamiento. Si tienes alguna duda sobre cómo puedes disponer de un plan de continuidad de negocio, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. En BOTECH resolveremos tus cuestiones y te ayudaremos en los pasos que quieras dar en tu organización.